Precuela de una obra Maestra del Cine del gran Director Alfred Hitchcock, en principio aterra la idea, es como profanar un Templo Sagrado, se han llevado al Cine tantas secuelas, precuelas (no tantas) y remakes de obras de culto del Séptimo Arte para suplir la preocupante y carente falta de Musas de los guionistas actuales que da pánico que la grande entre las grandes del Cine clásico de terror, “Psicosis”, la legendaria Psicosis, ejemplo y modelo, guía y baluarte, inspiración para miles de posteriores escenas copiadas, pueda ser de algún modo profanada. Pero no, a pesar de todos mis problemas iniciales, la serie “Bates Motel”, es una precuela digna, bien narrada, dirigida, interpretada y ambientada.
Evidentemente se han permitido algunas Licencias, pero aquí lo que realmente importa es que no alteran la esencia de la gran obra del maestro de suspense, la Historia conserva su alma. La acción se desarrolla en la época actual y se inicia en la adolescencia de Norman Bates (Freddie Highmore), justo después de la muerte de su progenitor cuando se trasladan junto a su madre (Vera Farmiga) a vivir a otra ciudad buscando nuevas oportunidades.
Desde el inicio se nos muestra la tortuosa relación entre estos dos personajes, una madre dominante, absorbente y algo desequilibrada, neurótica, un hijo tímido, retraído aunque inteligente, viviremos poco a poco como se desmigaja la trama, como cada experiencia estigmatiza cada vez más al joven Norman, sus relaciones con los demás, en especial con las mujeres, como se fragua, como se forja y se perfila al fin, la mente de un asesino.
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