Talento. Este es el primer adjetivo que viene a nuestra boca (y a nuestra mente) cuando vemos los retratos de la brillante Alma Haser.
Esta precoz y jovencísima fotógrafa, que tan sólo cuenta con 23 años, alemana de nacimiento y afincada en Londres, inunda las redes gracias a su serie de fotografías llamada Cosmic Surgery. En estas imágenes podemos ver retratos de distintas personas, aparentemente sencillos, en donde un fondo beige y una luz natural acompañan y nos muestran al personaje en cuestión. Sin embargo, lo peculiar, llamativo e impactante es que en el rostro de cada uno de ellos aparece una figura geométrica, hecha a mano y a modo de origami, que tergiversa y transforma al protagonista de la imagen.
El proceso de creación es muy simple pero también abrumadoramente complejo: simple porque superpone las propias caras de los retratados con sus propias imágenes y, al mismo tiempo, complejo porque puede llegar a copiar la misma imagen más de una vez para montar la pieza de origami en cuestión y conseguir así el resultado que busca. Con un resultado tan apaciguador como perturbador, la paz y concentración que supone el realizar una pieza de origami constrasta y choca con el producto casi alienígena de las imágenes.
Aunque realizada en el año 2012, el futurismo y visión plasmados en Cosmic Surgery se adelantaron a su tiempo, tanto fue así que gracias a esta serie quedó finalista del Premio Retrato Fotográfico de Taylor Wessing en ese mismo año y en el 2013 recibió el premio de la fundación Magenta Bright Spark y una segunda nominación a los premior Taylor Wessing de fotografía. Bizarrismo sofisticado y delicado de la mano de Alma Haser.
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